Cuenta la leyenda que un hombre oyó decir que la felicidad era un tesoro. A partir de aquel instante comenzó a buscarla. Primero se aventuró por el placer y por todo lo sensual, luego por el poder y la riqueza, después por la fama y la gloria, y así fue recorriendo el mundo del orgullo, del saber, de los viajes, del trabajo, del ocio y de todo cuanto estaba al alcance de su mano. En un recodo del camino vio un letrero que decía "Le quedan dos meses de vida".
Aquel hombre cansado y desgastado por los sinsabores de la vida se dijo "Estos dos meses los dedicaré a compartir todo lo que tengo de experiencia, de saber y de vida con las personas que me rodean". Y aquel buscador infatigable de la felicidad, sólo al final de sus días, encontró que en su interior, en lo que podia compartir, en el tiempo que le dedicaba a los demás, en la renuncia que hacia de si mismo por servir, estaba el tesoro que tanto había deseado, Comprendió que para ser feliz se necesita amar,aceptar la vida como viene, disfrutar de lo pequeño y lo grande, conocerse asi mismo y aceptarse como se es; sentirse querido y valorado, pero también querer y valorar; tener razones para vivir y esperar razones para morir y descansar.
Entendió que la felicidad brota en el corazón, con el rocío del cariño, la ternura y la comprensión.
Que son instantes y momentos de plenitud y bienestar; que esta unida y ligada a la forma de ver a la gente y de relacionarse con ella; que siempre esta de salida y que para tenerla hay que gozar de paz interior. Finalmente descubrió que cada edad tiene su propia medida de felicidad.
Ser feliz es una actitud
Autor: Fernando Macías Valadez
muy bonito la reflexcion sobre la felicidad me encanto lo que trata de reflejar
ResponderEliminarYa lo leí eso me parece muy interesante, la felicidad uno lo encuentra y solo uno es responsable si quiere ser feliz cada uno es constructor de su propia vida sigue adelante me sorprende tu capacidad felicidades,… estaré siguiendo por tu blog….!!!
ResponderEliminarQUE OSOS E
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